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  • Sal del Himalaya

    Tal y como les adelantamos, los miembros del Grupo de Productos estamos analizando nuestra oferta actual en Labore para decidir si estos productos deben estar presentes o no según los criterios previamente establecidos. De los cerca de 1.600 productos que ofrecemos en la actualidad, sólo 62 no han superado nuestra valoración. Se ha iniciado la elaboración de las mismas, definiendo las diferentes líneas de trabajo:

    Una de las primeras consecuencias de la elaboración ha sido la retirada de la sal del Himalaya de nuestra oferta. Se habla mucho de esta sal y varios estudios demuestran que muchas de las creencias extendidas son falsas, ya que carecen de base científica.

    Esta sal se compone exclusivamente de cloruro sódico (95%) y en pequeñas cantidades así como de otros pocos minerales (3-5%). Ahora bien, no puede decirse que sea una fuente extraordinaria de estos minerales (calcio, potasio, magnesio, yodo, flúor, zinc, cromo, cobalto, cobre y oro), ya que tomamos en cantidades muy pequeñas. Mediante la almendra o brócoli interiorizamos todos estos alimentos en gran cantidad. En cuanto a la composición, la sal del Himalaya es muy similar a la sal común, que en un 98% es cloruro sódico. Teniendo en cuenta que los expertos recomiendan no consumir más de 6g/día de sal, no hay diferencias entre consumir una u otra sal. Estamos, pues, comiendo sal común, pagando mucho más por la misma cantidad.

    Además, hay que tener en cuenta cómo y dónde se produce la sal del Himalaya, al contrario de lo que su nombre indica, no se produce en la cordillera del Himalaya sino en las minas paquistaníes de Khewra, a 300 kilómetros de ella. De ella salen 600.000 toneladas de sal cada año y han convertido la mina en un reclamo turístico, recibiendo cada año la visita de 300.000 turistas.

    La extracción de sal del Himalaya no está regulada ni controlada por ningún derecho humano y la actividad es totalmente controversional por su impacto tanto en el medio ambiente como en el ámbito social. Las condiciones de trabajo de los mineros, lo que equivale a los mineros que se dedican a la extracción de cualquier otro mineral, son nefastas sabiendo que estamos hablando de un país que no tiene consideración alguna en materia de derechos humanos ni ética.

    Sabiendo todo esto, desde Labore no queremos fomentar el consumo de sal del Himalaya, por lo que lo hemos retirado de nuestra cartera de productos. También os invitamos a reflexionar sobre el tema y replantearse su compra.

    Para conocer más detalles, aquí tenéis un par de enlaces interesantes:

    https://www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2018-10-18/sal-rosa-himalaya-buena_1629441/

    https://www.lavanguardia.com/comer/materia-prima/20200819/32831/mitos-sal-himalaya.html