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  • Foro sobre «La alimentación sostenible en el centro»

    A finales de noviembre estuvimos en el foro «Alimentación sostenible en el centro» organizado por EHNE-Bizkaia, en Derio. Durante la jornada organizada por EHNE BIZKAIA, tuvimos conferencias y mesas redondas muy interesantes para la construcción de un paraguas común de transición y cambio de paradigma del sistema alimentario. Los organizadores lograron crear un mosaico con diferentes perspectivas y la mirada feminista estuvo muy presente. En los foros de los últimos tiempos estamos viendo que la mayoría somos mujeres y vamos tejiendo complicidades, de momento es un gran logro reconocer la alimentación saludable como un cuidado y un derecho colectivo.

    La jornada, que comenzó a la mañana y duró hasta la noche, contó con la participación de once ponentes para analizar de forma multidisciplinar la alimentación y los sistemas alimentarios. El objetivo fue situar el debate sobre la alimentación en el centro del debate social, analizando los sistemas alimentarios tanto en Euskal Herria como en el mundo.

    Cerca de medio centenar de personas asistimos a la jornada con el siguiente programa:

    • Comparecencia de prensa sobre «La alimentación en el centro, sostenibilidad contra la especulación». 
    • Mesa redonda con el título «Construyendo sistemas alimentarios justos y sostenibles»: Amets Ladislao (Etxalde), Euskal Herriko Laborantza Ganbara (Patxi Iriarte), Bergarako Elikadura mahaia (Ainhoa Narbaiza) y Ondarroa 12 Milia (Leo Belaustegi).
    • Nuevas herramientas para un consumo transformador y sostenible desde una postura feminista: Gotzone Sestorain (baserritarra y activista) y Ainhoa Etxaide (militante feminista).
    • Comunicación y soberanía alimentaria: Gorka Barruetabeña (Sorland, Agencia de comunicación).
    • Propuestas y procesos hacia la soberanía alimentaria desde la agroecología y el feminismo baserritarra.
    • Estudios sobre la realidad de las mujeres rurales (análisis y propuestas para el desarrollo integral de las mujeres migrantes en el medio rural y del estatuto de las mujeres campesinas).
    • Repensando los cuidados. Mujeres campesinas en el cuidado de la persona, la tierra, el territorio y el planeta.
    • Huelga General del 30 de noviembre. ¿A qué vamos? Las vidas en el centro.

    Os adjuntamos el mensaje enviado a la prensa:

    Es imprescindible abordar un debate público en torno a la alimentación y su producción. La producción de alimentos y la sostenibilidad son las dos caras de una misma moneda. La subida de los precios de los alimentos es consecuencia de la especulación y pone en peligro la disponibilidad de alimentos necesarios para muchas personas. El derecho a una alimentación saludable está en juego.

    La necesidad de un cambio transformador en los sistemas agroalimentarios globales está muy asumida para hacer frente a la emergencia climática y los retos ambientales, sociales, económicos y sanitarios que estos sistemas generan. El actual sistema agroalimentario, impulsado por la lógica industrial de la economía de escala, la intensificación, la especialización y la uniformización, no garantiza la seguridad alimentaria ni una nutrición adecuada para las personas. Por el contrario, nos han llevado al límite de la fertilidad de la tierra y de la destrucción de la biodiversidad, así como a una sobreexplotación hídrica contaminando el suelo, el aire y el agua.

    Es imprescindible abrir un debate público sobre la alimentación y su producción. El discurso de la compatibilidad de todos los modelos de producción es insostenible y es necesario sentar las bases de la transición hacia modelos de producción y alimentación sostenibles. Hay que organizar propuestas a diferentes escalas, desde la regulación de los mercados hasta la construcción de nuevos sistemas alimentarios locales. La producción de alimentos y la sostenibilidad deben ser dos caras de una misma moneda.

    Para hacer frente a estos retos, el actual modelo intensivo no puede ir mejorando paulatinamente. En su lugar, es necesario un cambio de paradigma ambicioso para rediseñar nuestros sistemas agroalimentarios. Estamos hablando de una crisis sistémica en la que la alimentación se sitúa en el centro del debate. La liberalización de los mercados alimentarios ha multiplicado los niveles de especulación a través de los mercados futuros, donde los fondos de inversión financieros establecen prioridades. El aumento del precio de los alimentos es debido sobre todo a la especulación y está poniendo en cuestión la disponibilidad de alimentos de primera necesidad a un número creciente de personas.

    Es más urgente que nunca cambiar el paradigma a sistemas agroecológicos.

    La capacidad única de la agroecología para conciliar las dimensiones económicas, ambientales y sociales de la sostenibilidad está reconocida por cada vez mayor número de estamentos, incluida la FAO. Esto requiere transformar el sistema agrario y alimentario con el objetivo de avanzar hacia la Soberanía Alimentaria basada en la agroecología, que asegura la conservación de la biodiversidad y la producción de alimentos sostenibles y locales, basados en condiciones de trabajo dignas.

    Los procesos de transformación deben incluir a la población que no tiene acceso a una alimentación sana. La inseguridad alimentaria a la que se enfrentan cada vez mayor número de personas exige respuestas más estructurales que las ayudas puntuales. En este contexto es importante destacar el dictamen aprobado en 2022 por el Consejo Nacional de la Alimentación en Francia, donde reconoce la necesidad de establecer nuevos mecanismos para garantizar la democracia alimentaria mediante la activación de la Seguridad Social Alimentaria. La Confédération Paysanne (miembro de La Vía Campesina) y otros colectivos han sido los impulsores de esta propuesta, que permitiría disponer a cada persona de un tarjeta de 150 euros mensuales para garantizar una alimentación sana, impulsar la producción basada en la agroecología y dar respuesta a una de los mayores desafíos a escala humana que es la de garantizar el derecho a una alimentación sana. En Euskal Herria queremos trabajar una propuesta similar con distintos agentes sociales y activistas de diferentes ámbitos .

    La alimentación como eje vertebrador de las políticas públicas

    El periodo de confinamiento provocado por la pandemia del  COVID-19, elevo la actividad agraria a parámetros esenciales para garantizar la alimentación de la ciudadanía, elevando los índices de consumo de alimentos frescos, locales y de cercanía a niveles históricos. La alimentación es la actividad que más influye en las personas y en el medio físico. Por lo tanto, el carácter transversal que representa la alimentación (subsistencia, salud, economía, gestión del territorio, conocimiento, cultura…) es una característica a valorizar y situar la alimentación en el centro de las políticas públicas. 

    Los comedores públicos (centros escolares, hospitales y la residencias significan los periodos más sensibles del ciclo vital de las personas), deben ser prioritarios para marcar objetivos ambiciosos, y puedan articular procesos de recuperación y generación de empleo en la fase de productiva, además de incluirlas en la fase educacional y de cuidados de los espacios citados.

    EHNE Bizkaia propone que en el plazo de cinco años, al menos el 55% de la alimentación ofrecida mediante compra pública sea local y de proximidad, dando prioridad a las nuevas incorporaciones a la parte productiva y producciones  a pequeña escala. Y que para 2030 esa misma compra pública se sitúe en el 65%. Debemos apostar por una alimentación producida por los baserritarras, la alimentación sintética (de laboratorio) no puede ser una alternativa. La alimentación artificial representa la evolución de la agricultura y ganadería industrializada, pasando por la desconexión del binomio naturaleza-animal/persona y llegando a la separación absoluta que representa la alimentación de laboratorio. A nivel cultural, supone una ruptura antropológica, no es lo mismo saber que nuestra alimentación depende de la naturaleza, o saber que depende del laboratorio.

    La alimentación saludable se enmarca dentro de los derechos colectivos de cuidado

    Las mujeres campesinas y feministas que defienden la soberanía alimentaria tomaron la palabra y se sumaron a la huelga feminista general convocada por el movimiento feminista de Euskal Herria el 30 de noviembre. Al mismo tiempo, aportaron sus reflexiones y sus propuestas realizadas en torno al sistema de cuidados.

    Desde su punto de vista, el cuidado es más que el cuidado de las personas, y reivindican una visión holística; un sistema que también cuide la tierra, las semillas, el agua, el ganado, los territorios y los bienes comunales. El cuidado también viene de la alimentación y no podemos organizar un sistema de cuidados si antes no hay un sistema organizado que ponga a la alimentación sana en el centro.

    Tenemos que entender que la lucha contra el capital y la agroindustria es muy grande y brutal, y que las mujeres baserritarras son muy pocas para hacer frente a todo esto, así que somos compañeras de viaje. Además, el sistema alimentario no se limita a la producción y a la transformación. Es todo un sistema que incluye la distribución, el consumo, las compras públicas y los hogares. Nos alimentamos a diario y debemos entender el tema desde una perspectiva global y holística.

    Puedes leer en el enlace toda la crónica completa de lo hablado en la jornada.

    Inorri baimenik eskatu gabe, jo dezagun aurrera!!!