En Labore actualmente y a lo largo del año os ofrecemos unos 1.600 productos, pero en 2017 cuando abrimos la Tienda teníamos solo 250 referencias. Hemos ido ampliando nuestra oferta bien por iniciativa propia de Labore, bien por petición de los socies o bien porque los productores nos ofrecen nuevos productos. Más de un tercio de estos productos son frescos y la mitad son procesados o modificados. Los miembros del Comisión de Productos diseñamos una rúbrica para valorar estos productos, tratando de valorar los criterios o valores que consideramos importantes en Labore. Estos seis criterios han sido la distancia, si es ecológico o no, si los compramos mediante intermediarios o no, en qué tipo de envase vienen, el grado de transformación y la composición nutricional.
La experta en nutrición María Marena, miembro del Comisión de Productos, nos cuenta el trabajo realizado en este vídeo, las conclusiones y las líneas de trabajo marcadas.
En cuanto a la distancia, hemos tenido problemas en la valoración, en algunos casos por la dificultad de conocer la procedencia de las materias primas, por lo que hemos tenido que tomar como referencia la sede social de la empresa. También se ha valorado si era ecológico o no y cuando no lo era si era integrado o convencional; se ha valorado si había intermediarios y finalmente los envases. En cuanto al nivel de transformación, se ha clasificado entre productos frescos, mínimamente procesados o ultra procesados.
En la composición nutricional se han valorado con mayor profundidad los diferentes tipos de azúcar, sal y grasas. De este análisis se han extraído unos valores que nos han permitido identificar los productos con mayor adhesión a los valores de Labore. Y con los que no consiguieron una buena puntuación, cerca de 40, estamos trabajando para mejorar cualitativamente la oferta de Labore e identificar qué puntos podemos mejorar para avanzar en esa coherencia. Por el momento hemos conseguido bajar la lista de los peor valorados a 29. Hemos puesto en la tienda la lista de estos productos que no han obtenido una buena puntuación pero que todavía os ofrecemos.
¿Qué estrategias se han utilizado con productos que no cumplían los criterios o que cumplían menos? En algunos casos se han retirado de la oferta, como la sal del Himalaya, el bizcocho de zanahoria, las pastas Urrutia… En otros casos, la oferta de la variedad se ha reducido dentro de esta gama de productos, como los bollitos o el pan de molde. Y, finalmente, se han analizado, junto con el productor, las posibilidades de cambio para incluirlas en la producción de ítems mal valorados, como el tipo de aceite y la sal que contiene el envase de Lumagorri o los productos de Zuaitzo. Y lo que tenemos ahora encima de la mesa es cómo comunicar las conclusiones de la valoración realizada y las decisiones tomadas. Para ello, colaboramos con el Equipo de Comunicación para definir cómo comunicar estas decisiones a los socies y que los cambios sean entendidos y hacer pedagogía y que tengan capacidad de transformación.
Como primer paso, hemos diseñado unos sellos o adhesivos, uno de cada una de las variables que hemos valorado, y la idea es prestar atención a los productos peor valorados de cada tipo de variable para reflexionar y sensibilizar sobre estos productos. De vez en cuando iremos desplazando estos adhesivos para que cada variable (azúcar, sal, tipo de aceite, distancia y recipiente) esté marcada en un único producto. Estos son los distintos sellos:
Este es el ejercicio práctico que propone la Comisión de Productos de Labore para cuidar nuestra salud.