Labore dio los premios Amalur por primera vez en marzo de 2022, pero la intención del equipo cómplice de Labore es convertirlos en premios anuales.
Como dice la propia palabra Amalur, con los premios Amalur queremos reconocer la madre, la hembra, la mujer y la tierra.
La alimentación, como parte del cuidado, es una tarea fundamental que ha estado y sigue estando bajo la responsabilidad de las mujeres. La mayoría de los grandes cocineros dicen que aprendieron a cocinar junto a sus abuelas, en tiempos de guerra las mujeres también se han quedado gobernando los caseríos y, hoy en día, son las mujeres las que se ocupan de la alimentación en la mayoría de las familias, las que cada día piensan una alimentación equilibrada, hacen la compra sin malgastar el dinero y preparan las comidas.
Pero como en otros ámbitos, todas esas responsabilidades y tareas en las que se basa la vida se ocultan. Nadie pone la voz a la ama de casa que hace magia para llenar todas las tripas de la casa con medios cada vez más modestos, nadie ensalza públicamente a la abuela que cocina cada domingo con mimo, nadie ve a la campesina que ha trabajado para sacar adelante el caserío a la sombra del hombre, nadie elogia el trabajo de la camarera que ofrece el menú del día. En el sistema de alimentación encontraremos, desde el principio hasta el final, espacios totalmente feminizados, todos silenciados y menospreciados.
Sin embargo, los famosos cocineros y los médicos, todos ellos hombres, nos dirán lo que es una alimentación sana, de vez en cuando veremos un campesino, por supuesto hombre, hablar públicamente y, sobre todo, son hombres los líderes de las multinacionales que se están enriqueciendo con el sistema capitalista.
Desde Labore proponemos trabajar por la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria puede ser un término complejo, ya que recoge la idea del derecho a una alimentación sana desde diferentes perspectivas: ecológica, económica, social y cultural. Pero básicamente podríamos resumirlo con la frase “producir y consumir de manera local”. Esto significa que se crean puestos de trabajo, se protege la tierra y la biodiversidad y se estrechan las relaciones entre productores y consumidores. Y no estamos soles en eso.
Labore trabaja con más de 100 productores de Euskal Herria, cuenta con más de 1.100 socies y tenemos contacto con otras asociaciones de consumo de Euskal Herria. En la entrega de los premios Amalur del año 2022, también se ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Errenteria y miembros del Foro feminista de Orereta. Y agradecemos sinceramente su colaboración en esta entrega de premios.
Pero antes de la actual transformación, antes de las multinacionales y los supermercados, nuestros pueblos estaban muy vivos, en las pequeñas tiendas, y cómo no, en los mercados. Y además de vivos, eran coloridos y aromáticos. Porque las verduras y frutos de los baserritarras no parecen perfectos, pero son sabrosos.
Baina, gaur egungo elikadura-sistema nagusiaren aurretik, hau da multinazional eta supermerkatuen aurretik, gure herriak oso bizirik zeuden, denda txikietan bai, eta nola ez, azoketan. Eta bizirik ez ezik, koloretsu eta usaintsu ere bai. Bertako baserritarren barazki eta fruituak itxura batean ez baitira perfektuak izaten, baina bai zaporetsuak. Y esto también parece una tontería, pero hoy en día es más importante el que entra por el ojo que lo que comemos. Preferimos un tomate perfecto sin sabor ni olor, que uno sabroso y con venas marronáceas. Y esto también es un problema, porque el campesino tiene cada vez más dificultades para defender su producción en el mercado.
PREMIO AMALUR 2022
En los premios Amalur de 2022 queremos agradecer y homenajear a Maixabel Arretxe, que a pesar de las dificultades, no sólo ha creído en la economía cercana, sino que, como la hormiga, ha dedicado toda su vida al mercado de Errenteria.
Maixabel Arretxe, entre abril y diciembre ha vendido todos los días del año en el mercado de Errenteria durante muchos años lo que la huerta le ha dado. Y nosotres, a través del Premio Amalur, queremos agradecer a Maixabel Arretxe y, a través de ella, a todas las mujeres baserritarras que han vendido y venden sus productos en este mercado.
PREMIO AMALUR 2023
Arantxa Zapirain nació en el caserío Gabiria de Rentería, donde recibió de su madre la conexión con el huerto. Su madre hacía la huerta y Arantxa y Lurdes, su hermana, le acompañaban. Como era habitual, los padres y hermanos trabajaban fuera de casa y en el caserío se ocupaban del ganado. La madre era, por tanto, el cimiento de la casa como en la mayoría de los caseríos vascos.
Desde muy joven, Arantxa comenzó a repartir leche en el barrio de Gaztaño y vendía también verduras de la huerta a domicilio. Antes de ir a la escuela, ese era el trabajo que realizaba a primera hora de la mañana. Eso sí, en los días que tenía festivo en la escuela, no faltaba a su cita diaria de reparto y venta de leche y verduras. Era un trabajo diario, que realizaba incluso los domingos.
De joven se casó a Oiartzun y se instaló en Iturriotz, en un piso. Pasaron unos 10 años viviendo allí pero sin perder nunca la conexión con el caserío Garmendi Txiki ya que al llegar a Oiartzun, se dedicó a sacar adelante la huerta de dicho caserío. Y nunca ha dejado de cultivar la huerta.
Hace 6 años le vino su hijo Joritz diciendo que querían poner en marcha Elika. Y ella pensó “¿Éste sabe dónde se está metiendo?”, su hijo le preguntó si ella les ayudaría y, desde luego, no dudó en aceptar la propuesta. Y menos mal, aunque en sus palabras la huerta que hacía en el caserío es diferente a la que se hace con los invernaderos, sus conocimientos y su mano de obra han sido fundamentales para sacar adelante Elika.
Hoy en día podemos ver cada mañana a Arantxa en las huertas de Elika, que está encantada y feliz de ver que ha merecido la pena trabajar duro a la vista de la hermosa huerta que han construido en Elika de forma cooperativa.
Lo que mejor describe a Arantxa es «toda una vida en la huerta«.
No te pierdas este vídeo para conocer de cerca a Arantxa y escuchar las palabras de los compañeros que han tenido la oportunidad de trabajar con ella.